Las cualidades son similares a las del Merino (sin variedad) y del Merino variedad negra, siéndole atribuida gran rusticidad, por ser muy resistente a las adversidades del medio y al modelo extensivo de explotación, puesto de manifiesto en su comportamiento en la trashumancia que practica anualmente desde la provincia de Teruel hasta provincias del sur como Jaén, entre otras.

Esta variedad permite aprovechar los recursos con mínimos gastos de explotación, adaptándose a la perfección al medio y clima de las diferentes zonas en las que vive. Ejemplo de ello es la trashumancia inherente a esta variedad, que le permite aprovechar los recursos pastables tanto de las montañas de Teruel donde permanece durante el verano y la primera mitad del otoño, como los de las zonas más bajas del sur de España, donde pastan durante la segunda mitad del otoño, invierno y primavera.